Lola lleva toda una vida currando y es que desde bien pequeña, nunca ha faltado a su cita con la huerta y el mercadillo. Una profesión que es toda una tradición en su familia y que hoy día se ha convertido en su pasión.
Un desgaste físico y mental que pocas personas pueden soportar. Su capacidad por encontrar el equilibrio que se forma entre la tranquilidad del huerto y el ajetreo del mercadillo, hacen que cada día de esfuerzo merezca la pena para Lola.