Desde niño sabía que me quería dedicar a la agricultura.

Con apenas 4 o 5 años, Roque descubrió su amor por la agricultura. La labor diaria que realiza en el campo es el resultado de observar e imitar lo que hacía su familia en el pasado. Lo que empezó con un pequeño huerto en su infancia aplicando lo que los mayores le enseñaban, le ha llevado a estar toda la vida rodeado de cultivos. Algo que a nuestro currante, le encanta.

Es un trabajo que te tiene que gustar.

A lo largo de los años Roque ha aprendido que la satisfacción que siente al terminar la jornada es insuperable. A pesar de levantarse todos los días a las 6, no tener ni sábados ni domingos o no conocer la palabra ‘vacaciones’, como bien dice, su trabajo lo es todo para él.