Antes de que amanezca, Andrés y su tripulación ya están navegando hacia los caladeros mediterráneos donde aguarda su botín. Sardinas, emperadores, gambas, pulpos, sus redes pescan a diario para que en restaurantes y pescaderías no falte de nada. Faenar es una tarea dura, con momentos de riesgo cuando hay mala mar y tormenta, en los que cualquier paso en falso puede pagarse caro. Aún así, Andrés tiene claro que no se dedicaría a otra cosa.