Un trabajo que se desarrolla en condiciones extremas, enfrentando temperaturas bajo cero pero siempre bajo una determinación y una seguridad inquebrantable en el entorno laboral. Gracias a su dedicación, Carlos es todo un ejemplo en un sector que demanda perseverancia y excelencia.
“Este trabajo no lo hacen las máquinas son los currantes los que trabajan muy duro para llevar productos de calidad a nuestros clientes”.
“Aquí en frigorífico se comienza a las 5 de la mañana todos los días, pues son condiciones difíciles a las que tienes que adaptarte, aunque para ello, tenemos herramientas, tenemos trajes térmicos, calzado que tiene que ser evidentemente adecuado para temperaturas de frío negativo, antideslizantes y por supuesto que protejan de cualquier torcedura o cualquier incidencia que pueda caerte, una caja un pallet incluso hay maquinaria, pues aparte de reforzar (la seguridad) para mantener la temperatura corporal que se necesita para la movilidad, etc, se requiere también por prevención”.